Nutrióloga Mónica Silva

Carne ¿Comer o no comer?

                   ¿Debemos de comer carne? ¿Debemos ser vegetarianos? ¿Es saludable comer carne?

Hay un movimiento de ambientalistas que promueven el “lunes sin carne” donde dejando de consumir productos derivados de la res (es la principal carne que piden no consumir) buscan disminuir la huella de carbono que vamos dejando por la producción de alimentos derivados de la carne. También hay restricción del consumo de carne por creencias religiosas, el catolicismo invita a no consumir carne roja en cuaresma, el judaísmo no permite el consumo de carne de cerdo y diversos animales que no cumplen las características para considerarlos puros, el hinduismo no consume carne de res por considerar al ganado vacuno una deidad. Independientemente de la creencia religiosa o ecologista, desde el punto de vista de la Salud ¿es recomendable comer o dejar de comer carne?

Primero expliquemos que en nutrición cuando se habla de carne, se incluyen en el mismo grupo los productos derivados de la res, pollo, cerdo, pavo, cordero, pescado, mariscos, borrego, conejo, codorniz, avestruz, venado…ufff…esta gran variedad se unen (junto con productos lácteos, huevo y leguminosas) en un mismo grupo

O sea ¿puedo suplir comer carne de res con carne de pollo o pescado o huevo?, la respuesta es SI. También puedes suplir el consumo de carne si combinas leguminosas (frijol, lenteja, habas, garbanzos, alubias, chícharos, soya) con cereales (arroz, trigo, maíz, avena, centeno, cebada, amaranto), combinación que se ha estudiado en varios países para mejorar la desnutrición

A quienes tienen altos niveles de colesterol o triglicéridos o ácido úrico seguramente les dijeron que bajaran su consumo de huevo y de “carnes rojas” (se llama así principalmente a la que proviene de mamíferos) a 2 veces a la semana. ¿Y los demás días qué les recomiendan? Pues una mezcla entre “carnes blancas” (pescados, mariscos), leguminosas y cereales.

Con esta información quiero decirte que sí es posible dejar de consumir carnes (todas las carnes) por lo menos 1 a 2 veces a la semana, siempre y cuando se suplan por otro tipo de alimentos para cubrir su aporte de nutrimentos. En caso de los grupos de riesgo, como son los niños y la tercera edad, es indispensable tener este aporte siempre que se pueda, por ello no se les debe exigir cumplir estos preceptos religiosos o estas abstenciones de moda, pues en lugar de ser un beneficio serán un daño para su salud.

Cualquiera que sea tu motivo para dejar de comer ciertos tipos de carne (o todos los tipos), toma la decisión de manera consciente y llévala a cabo por tu bienestar.

¡Que tengas unos días de decisiones acertadas para tu salud!



Actividad física, ejercicio o deporte.

¿Es necesario hacer ejercicio? ¿Mi actividad diaria es suficiente para ayudar a mi salud?

En Estados Unidos se considera que el 12% de la mortalidad total está relacionada con la falta de actividad física regular. Por el contrario, la actividad física regular disminuye la mortalidad total.

¿Qué es lo que te quiero decir? Aun cuando no son datos de México ¿esta información te dice algo?

Si, el mensaje es que necesitas hacer ejercicio, y si, necesitas hacerlo diario. ¿Por qué? Porque tu cuerpo necesita esa actividad física intensa que permitirá una gran variedad de beneficios, como disminuir los riesgos cardiovasculares, mejorar el perfil de lípidos (colesterol, triglicéridos), mejorar la fuerza y resistencia muscular, a manejar el estrés, a conciliar el sueño y mejorar su calidad, mejora la digestión y la regularidad del ritmo intestinal, y bueno, ayuda también a disminuir los gastos en salud por consultas y medicamentos al prevenir la aparición de las enfermedades antes mencionadas.

Ahora, hay que hacer una definición clara: no es lo mismo actividad física que ejercicio o deporte. ¿Cuál es la diferencia? Que la actividad física es cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que tiene como resultado un gasto de energía. En cambio, el ejercicio físico es diferente ya que es una actividad física planificada, estructurada y repetitiva que tiene como finalidad el mantenimiento o la mejora de uno o más componentes de la forma física. Deporte es el realizar ejercicio con cierta organización dentro de un contexto de reglas formales.

Entonces, los movimientos cotidianos que realizas son una actividad física, que puede ir de ligera, moderada o severa, pero no se van a considerar como parte de un ejercitamiento en forma. Por eso, cuando vas al doctor o al nutriólogo y comentas de todo lo que realizas en el día (si haces limpieza del hogar, si subes y bajas escaleras en las oficinas o si te toca caminar mucho en tu empresa) no lo consideran como ejercicio pues no es realizado intencionalmente para fortalecer o mejorar un componente de tu cuerpo.

Por ello, aun cuando termines agotado por tu trabajo, se necesita que realices ejercicio de manera cotidiana. No necesariamente debes de practicar un deporte; pero sí es un requisito que diario realices mínimo 20 minutos de ejercicio: caminar, hacer un poco de pilates o tai-chi, saltar la cuerda, quizá patinar un poco e incluso usar la bicicleta sin esfuerzo extremo.

No se necesita que sudes de manera excesiva, o que te duela todo el cuerpo para que consideres que has hecho el ejercicio suficiente. Se necesita que empieces a moverte más de lo habitual, de forma regular, todos los días, incluso los días de descanso. La recomendación semanal de ejercicio son 150 minutos en 7 días (¡¡no se vale acumularlos en 1 solo día!!)

¿En qué situaciones no se recomienda realizar ejercicio? Cuando se tiene diabetes descontrolada, hipoglucemias recurrentes (baja de glucosa) una enfermedad grave del corazón, cuando hay presión arterial elevada o presencia de arritmias (alteraciones en el ritmo del corazón), nivel elevado de obesidad, personas con depresión o propensión al suicidio(2) principalmente por el esfuerzo que significa para el organismo el realizar una actividad física en exceso.

Y la indicación del ejercicio es para todos, desde los bebés (hay que dejar que caminen o gateen lo más posible, en lugar de tenerlos todo el tiempo en carriola, en brazos o en fular) hasta las personas mayores (si se les complica la movilidad pueden realizar movimientos de extremidades sentados en una silla o acostados en su cama). Lo importante es hacerse ese pequeño espacio de tiempo y lugar para realizar el ejercicio necesario para prevenir complicaciones de salud.

Busca a un licenciado en terapia física o en educación física, con la finalidad de que te asignen la rutina de ejercicio adecuada a tu edad, salud y horarios.

Que ese ejercicio diario te llene de vitalidad, notarás la diferencia ¡en la primera semana de ejercicio!



Cinco consejos de salud

Básicos, pero siempre indispensables.

Dormir: Las horas adecuadas para dormir van cambiando según la etapa de desarrollo de cada persona. Así como el recién nacido requiere casi 12 horas de sueño, el adulto va modificando estas necesidades. A partir de los 18 años el adulto joven requiere entre 7-9 horas de sueño, y a partir de los 65 años el adulto mayor requiere entre 7-8 horas de sueño. Si le robas horas a tu sueño, tu cuerpo se lo cobrará en tu salud. Quizá ahora duermas poco, para llegar a una cantidad adecuada de horas de sueño incrementa poco a poco; si duermes 5 horas, trata dormir por 5:20 horas durante una semana, notarás la diferencia; trata de incrementar el tiempo de sueño hasta que al despertar por la mañana te sientas descansado y listo para un nuevo día.

Agua: Nuestro cuerpo, como ya te habrán dicho miles de veces, está formado en su mayoría por agua, y para realizar funciones vitales y para desintoxicarse (si, nada de jugos détox, ¡sólo agua!) nuestro organismo requiere, a partir de los 14 años, entre 2-2.5 litros de agua al día. En el caso de embarazo y lactancia la necesidad de agua llega hasta casi 3 litros al día. Si no los bebemos, primero notaremos sed (inicio de deshidratación) y después comenzará a notarse por la aparición de estreñimiento. Comienza esta semana con 1 vaso de agua al despertar (aprox. 200 ml), 1 vaso en cada comida, y ½ vaso cada vez que tomes café o cualquier otra bebida.
Fruta y verdura: Junto con el consumo de agua suficiente, nuestro cuerpo requiere la fibra de las frutas y verduras para una adecuada digestión y evacuación. También es vital su consumo por las vitaminas y minerales que nos aportan así como por colaborar en sentirnos satisfechos en nuestras comidas. Prueba comer 4 frutas durante el día, y en la comida elige sopa de verdura en lugar de arroz y el guisado que tenga más verdura será una excelente opción.
Ejercicio: Antes el ser humano realizaba esfuerzos enormes para conseguir su comida: si no era persiguiendo un búfalo, era arando la tierra o pescando. Actualmente sólo requerimos ir a la tienda o al negocio de comida y conseguir cualquier cantidad de alimentos sin esfuerzo alguno, y junto con esto están los trabajos cada vez más sedentarios y la tecnología que nos facilita la vida, gastamos muy poca energía. Ahora es obligatorio realizar algún ejercicio; pero si no lo haces habitualmente, te recomiendo que comiences con algo sencillo, como caminar solo 20 minutos diario, incluso fines de semana. Suena simple, pero será el inicio de una rutina, de habituar tu cuerpo a la nueva actividad y será muy fácil el perseverar en este ejercicio.
Alimentos fritos, empanizados o capeados: Los alimentos guisados con mucho aceite tienden a duplicar las kilocalorías que aportan, por ello cuando se hace un plan de alimentación bajo en energía son los primeros alimentos que se eliminan de la dieta. En lugar de consumirlos, es mejor elegir alimentos asados (carne asada, arrachera, bistec, pechuga, filete de pescado) o alimentos cocidos (carne deshebrada, albóndigas, picadillo, pollo deshebrado, rajas en lugar de chile capeado). Sin importar dónde o quién prepare tus alimentos, elige siempre aquellos que no están nadando en grasas (así es, el pambazo, las enchiladas y las gorditas están en la lista de alimentos muy grasosos!!), y siempre consúmelos con verduras y bebidas bajas en azúcares.